La madeja y la estrella
Cinco poemas a mi madre
Wilson Pérez Uribe
I. Días de plenitud junto a tu pecho,
y en tus manos tocaba tímidamente
la melodía del idioma de las cosas sencillas.
Tus manos curaron la herida abierta y consolaron en el llanto.
Vengo a decirte que mi memoria
está hecha de los días
en que cosiste un traje contra la lluvia,
y que feliz batías los huevos al desayuno,
y que no había más placer en ti
que en ofrecerme el paraguas,
así tú te mojaras toda.
Tú me enseñaste la media luna
y la risa ante el espejo.
Bastan estas lecciones para resumir la vida,
pequeño libro que tú terminaste de escribir
sin saber que lo escribías.