La madeja y la estrella: V Vengo a decirte, Madre...



La madeja y la estrella

Cinco poemas a mi madre

Wilson Pérez Uribe



V: Vengo a decirte, Madre...

Vengo a decirte, Madre,
una sola palabra,
una muy pequeña,
una palabra antigua
como la harina o el vino.
Pero esta palabra
está hecha de instantes que son años,
de semillas que ya son frutos,
de ríos que ya son océanos.
Una palabra sola, Madre,
una palabra muy cercana a la lengua,
una palabra que no avergüenza,
una sola que nombra mi niñez
y la tierra que aramos,
y las soledades visitadas,
y los enojos de una minucia sin importancia.
Madre, una sola palabra te ofrezco,
una palabra luz, una palabra pájaro,
una palabra de vida ya vivida:
GRACIAS.

La madeja y la estrella: IV Yo aprendí...



La madeja y la estrella

Cinco poemas a mi madre

Wilson Pérez Uribe


IV: Yo aprendí...

Yo aprendí de tus labios
que la a dice amor,
y que la e anuncia la esperanza,
que la i decía: la tierra es inmensa,
y que la o es un sol redondo, como el oro,
y que la u es una canción con sabor a uvas.
Yo aprendí de tus manos
que se siembra para recoger,
y que el tiempo a veces pasa
y a veces se detiene.
Yo aprendí de tu silencio
que la vida está hecha de un poco de belleza
y de un poco de fatalidad.

La madeja y la estrella: III Y de pronto cerraste los ojos...



La madeja y la estrella

-Cinco poemas a mi madre-

Wilson Pérez Uribe


III: Y de pronto cerraste los ojos,
y los míos contigo.
He querido, desde entonces,
ver las cosas que ahora tú ves,
y no puedo hacerlo.
¿Cómo es allá el color blanco, ¿es blanco?
Y la fragancia del prado,
¿es también un aroma de color verde?
Y los atardeceres, ¿tienen la piel de mil otoños?
Y en las noches, ¿también hay estrellas?
Dime entre sueños
que el amor perdido siempre se recupera,
y que la música es un río de sonidos
que jamás nos abandona.

La madeja y la estrella: II Madre...



La madeja y la estrella

Cinco poemas a mi madre


Wilson Pérez Uribe

II: Madre...

Madre, dónde está el nombre de la esperanza,
dónde el reino de las luciérnagas
y la melodía que desgranan las semillas en flor.
Te asalto con preguntas:
por qué siempre está huyendo el agua,
en qué lugar juega a las escondidas la tristeza,
qué cosas dice el pájaro cuando no canta,
por qué llueve mientras hace sol,
por qué insisten los árboles
en renunciar a su ropaje cada año.
Madre, despierta, me rompe el corazón
no saber tantas respuestas.

La madeja y la estrella: I Días de plenitud junto a tu pecho



La madeja y la estrella

Cinco poemas a mi madre


Wilson Pérez Uribe

I. Días de plenitud junto a tu pecho,
y en tus manos tocaba tímidamente
la melodía del idioma de las cosas sencillas.
Tus manos curaron la herida abierta y consolaron en el llanto.
Vengo a decirte que mi memoria
está hecha de los días
en que cosiste un traje contra la lluvia,
y que feliz batías los huevos al desayuno,
y que no había más placer en ti
que en ofrecerme el paraguas,
así tú te mojaras toda.
Tú me enseñaste la media luna
y la risa ante el espejo.
Bastan estas lecciones para resumir la vida,
pequeño libro que tú terminaste de escribir
sin saber que lo escribías.

El ensayo: coordenadas para un viaje creador, publicado en Revista Suma Cultural




El ensayo: coordenadas para un viaje creador, de Wilson Pérez Uribe, ha sido publicado en el número 24 de la Revista Suma Cultural, p. 32-36.