Pilares de la creación



Curso inmóvil del ayer,
el inocente fuego admira y olvida.
La soledad lejana urde un misterio:
¿qué imprecisos restos de materia estelar
formaron los colores, arquetipos
y el fugaz ciclo de un sol de incontable energía?
Origen astral, vorágine y luminoso;
infinidad cromática de nacidas estrellas.
Espectro del abandono, profundo,
vasija de melodías y densidades
alaba la pupila humana en las noches eternas.

Firmamento de medianoche



En las fecundas horas de la madrugada,
cuando la torpe sombra o la delgada brisa
traen del olvido el olor salino, sin prisa
interrogo a las estrellas desde mi ventana.

Pienso en los tantos hombres que han muerto,
(el instante, una armonía contenida de hechos),
en el frío clavel, en el águila y en los presos,
y acaso ignoro que soy otro en un poema de hierro.

El vestigio luminoso de la Vía Láctea,
encarcela mi pupila, le roza con alas de pájaro
y de sus anchas manos brota el oro fatuo
encarnado en meteoro y en estrella fugada.

Ya sólo queda el asombro en el tiempo,
y el vivir, que nada en su magia se olvida.
Ahora, las cosas terrenas no son las mismas
cuando tornas la mirada a ese firmamento.