Prosas / Museo El Prado



Prosas / Museo El Prado 
Por Wilson Pérez Uribe

Agenda Cultural de la Universidad de Antioquia (número 270), dedicada a los 200 años del Museo El Prado.

La literatura oriental como campo de saber y de formación. Revista La Palabra



La literatura oriental como campo de saber y de formación: un viaje estético y filosófico hacia la práctica del maestro

Revista La Palabra

La edad del crisantemo en la Revista Universidad de Antioquia


La Revista Universidad de Antioquia  ha publicado la versión digital de su número 335, en donde se incluye un texto de Wilson Pérez Uribe sobre escritura femenina en la literatura japonesa:

La edad del crisantemo 

Charlas en la Universidad de Antioquia sobre mujeres escritoras


Luz sin estribos



En Luz sin estribos, antología de poesía colombiana y cubana, se incluyen poemas de Wilson Pérez Uribe.







Irène Némirovsky: la escritura como proyecto espiritual


Irène Némirovsky: la escritura como proyecto espiritual

Fuente: Opinión a la Plaza

Por Wilson Pérez Uribe

Todos sabemos que el ser humano es complejo, múltiple,

contradictorio, que está lleno de sorpresas, pero hace

falta una época de guerra o de grandes transformaciones

para verlo. Es el espectáculo más apasionante y el más

terrible del mundo.

–Irène Némirovsky


La imagen de Irène Némirovsky (1903-1942) resulta apasionante y a veces teñida de una misteriosa nostalgia. Nacida en Kiev, en el seno de una familia burguesa, muy joven tuvo que escapar de la Revolución Rusa. París fue la ciudad que posibilitó la culminación de sus estudios de Licenciatura en Letras y su inicio como escritora. Antes de estallar la Segunda Guerra Mundial, Némirovsky era ya una reconocida novelista, título que de nada le serviría ante las autoridades francesas para evitar su deportación y la de su familia. Finalmente, en 1942, Némirovsky es arrestada y llevada a Auschwitz donde moriría de tifus.

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Madame Bovary: La escritura y la pasión del esfuerzo



Madame Bovary: la escritura y la pasión del esfuerzo


Fuente: Opinión a la Plaza


Son numerosas las referencias que poseemos alrededor de la figura del novelista francés, Gustave Flaubert. Su obra, Madame Bovary (1856), representa el punto de quiebre entre la escritura como apasionada inspiración y como arte que se construye en los talleres del esfuerzo. El interés de lectura y análisis de la obra no es solo por las particularidades de la época o la caracterización de los personajes de la obra, sino que está más cercano al proceso de escritura que desplegó Flaubert en Madame Bovary.

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Poemas en Kairós Literatura



Wilson Pérez Uribe


Colombia, 1992. Maestro, Licenciado en Literatura y Lengua Castellana de la Universidad de Antioquia. Escribe poesía y ensayo. Es reseñista de la revista española de literatura, Colofón. Sus textos han sido publicados en Colombia, España y México, en revistas como Revista Universidad de Antioquia, Círculo de Poesía, Otro Páramo, La Tagua, El coloquio de los perros, Literariedad, Aurora Boreal, Liberoamérica, Otro Páramo, Las nueve musas, entre otras. Una muestra de su poesía ha sido traducida al italiano y al portugués. Ha emprendido proyectos de formación y de lecturas en voz alta sobre literatura china y literatura japonesa en la Universidad de Antioquia y en la ciudad de Medellín. Tres de sus poemarios son El amor y la eterna sinfonía del mar (Hombre Nuevo Editores, 2011), Movimientos (Universidad de Antioquia, 2018) y La madeja y la estrella: retratos de familia (Alapalabra, Universidad Central, 2018).

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La carne de mi identidad



La carne de mi identidad
está hecha de temores
-lo acepto-.

La vida se contuvo
en la felicidad de lo sencillo.
No fui pobre:
abundaron en mí atardeceres
y el mundo se escuchaba
siempre en presente.

La carne de mi identidad
está en la palabra amor
que me enseñaron
una ama de casa
y un pastor del campo.




Eran jóvenes
cuando la tierra giró
para encontrarlos.
Se amaron,
construyeron una casa,
labraron la tierra.
Sus manos era una sola mano,
sus ojos la misma mirada.
Se amaron,
tímidos,
uno al otro.

La mayor obra


La mayor obra es la que edificamos en las moradas interiores. Allí perviven las cosas, cercanos objetos que nuestras manos fueron tejiendo, muchas veces, sin saberlo. Nunca me di cuenta del lugar donde crecí, solo hasta que lo abandoné. Ahora la memoria, como si cuidara de una criatura, me trae los recuerdos de ese patio, de ese cerco de pinos, de los ladridos de los perros, de las tardes azules, de los caminos entre la hojarasca. Lo vivido solo es una parte de lo que se vive; nunca nos desprendemos del gesto amado; nunca, del todo, nos alejamos de la primera morada. Allí nos fueron enseñados la madurez de la infancia, la claridad del agua antes de agitarla, el cuerpo desnudo por la culpa, la música fortuita de la lluvia, la atroz comprensión de que todo lo bello también muere.