La tarde es de oro...



1.
La tarde es de oro y de hierro y es irreversible: ríos de luz colman la página, agua rumorosa vertida en cántaros de piel, palabras sin voz, sin aire, palabras eco, palabras llama, palabras nubes se desprenden en el borde último de la página. También escribir es cifrar un destino sin nombre, acaso inabarcable; también escribir es vivir y es respirar y es mirar la alargada sombra que extiende el ocaso sobre los pasillos y las horas y los sueños.
Yo me demoro en la blanca página sin trazos, allí donde el comienzo es fin y las palabras sin decir, ya dicen. Yo tristemente celebro la luz que se agolpa en el silencio; en el dorso desnudo de su tacto yace la escritura que aún no descifra la huella de mis manos.

(C) Wilson Pérez Uribe